INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
400 gr de harina de fuerza, 10 gr de levadura prensada, 200 ml de leche, 50 gr de nueces peladas, 100 gr de queso tipo Mahon o por su defecto queso parmesano u otro queso seco, 80 gr de sobrasada, una pizca de sal.
PREPARACIÓN:
Disolvemos la levadura en la leche templada, una vez bien disuelta, añadimos la harina tamizada y un pizca de sal. Mezclamos bien y amasamos en la mesa de trabajo durante uno 15 minutos. ponemos en un bol y tapamos para que fermente durante 30 minutos. Mientras pelamos las nueces y las cortamos un poco para que no haya trozos muy grandes, rallamos el queso y preparamos la sobrasada.
Separamos la masa en tres partes,dos de ellas más grande, una la mezclamos con las nueces, amasamos bien y extendemos para hacer la base del pan, la colocamos sobre un trozo de papel vegetal, la otra parte de la masa la mezclamos con el queso y amasamos bien para que se integren los ingredientes, la última porción de masa la mezclamos con la sobrasada. De la masa de queso hacemos 5 churros de largo un poco menos de la base que hemos preparado. De la masa de la sobrasada hacemos 4 churros igual de largo que los anteriores.
Nos ayudamos mojando un poco con agua la masa para que se vayan enganchando bien y al hornear no se despeguen. Primero colocamos una tira de queso mojada los laterales y la base con un poco de agua, enganchamos al lado una de sobradada y así hasta acabar con la última que será de queso. Doblamos la base que hemos puesto hacia arriba recogiendo las tiras y colocamos unas cuantas nueces por alrededor.
Cubrimos el pan con un paño y dejamos que fermente unos 10-15 minutos.
Ponemos el horno a 200 grados y cuando esté caliente horneamos el pan unos 30 minutos.Sacamos del horno y dejamos enfriar antes de comerlo.
La leyenda de Sant Jordi
La leyenda más popular de Cataluña explica que en Montblanc había un dragón terrible que causaba estragos entre la población y los animales. Para apaciguarlo el rey decidió que por sorteo se escogería una persona para darla en sacrificio al monstruo. Un día la suerte señaló a la hija del rey, una bella princesa que todo el pueblo quería, el rey aceptó la suerte de su hija y la dio al dragón en sacrificio. Está hubiera muerto en manos de la fiera sino fuese por el joven caballero de brillante armadura, montado sobre un caballo blanco que acudió a salvar al pueblo y la princesa. El joven caballero llamado Jordi comenzó una intensa pero breve lucha , hasta que le clavó una buena estocada con su lanza que dejó mal herida la bestia y la mató. De la sangre que salía del dragón, surgió rápidamente un rosal, con las rosas más rojas que la princesa nunca había visto, el joven caballero cortó una rosa y se la ofreció a la princesa. El rey como recompensa quiso dar en matrimonio al joven caballero su preciosa hija, pero este, dijo que no la merecía y que había tenido una revelación divina sobre la necesidad de combatir con el dragón y liberar a la princesa y al pueblo de Montblanc. Y tal como apareció, Sant Jordi desapareció misteriosamente .
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